En una deliciosa fusión de matemáticas y EPT, los estudiantes de 6to grado de nuestro colegio participaron en una actividad educativa que combinó el aprendizaje práctico con el placer de cocinar. Preparando un brownie en forma de círculo, los alumnos pudieron identificar de manera tangible conceptos como la circunferencia, el diámetro y el radio.

Además, esta experiencia culinaria les permitió aplicar sus conocimientos matemáticos al medir ángulos y trabajar con fracciones, fracciones equivalentes y su simplificación a la mínima expresión. A través de la resolución de problemas prácticos y relevantes, nuestros estudiantes no solo reforzaron su comprensión teórica, sino que también disfrutaron de una actividad que estimuló su creatividad y colaboración.

Esta iniciativa es un claro ejemplo de cómo el aprendizaje experiencial puede hacer que los conceptos abstractos cobren vida, demostrando que la matemática está presente en todos los aspectos de nuestra vida, incluso en los más deliciosos.