Con una dinámica muy amena e ilustrativa, se realizaron los cultos de estos días. “Mi profe cocina mejor que el tuyo” fue el nombre que sirvió de motivación para la actividad que realizaron algunas maestras y maestros (elaborar una ensalada). Cada ingrediente representó una parte del texto bíblico 2 Pe 1: 5-7:

“Precisamente por eso, esfuércense por añadir a su fe, virtud; a su virtud, entendimiento; al entendimiento, dominio propio; al dominio propio, constancia; a la constancia, devoción a Dios; a la devoción a Dios, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor”.

El Capellán, Rev. Eduardo Torres reflexionó que, para preparar una rica ensalada, necesitamos de ingredientes que poco vamos incorporando para tener un delicioso resultado y poder disfrutarla.

Así también, la vida necesita de ciertos ingredientes para vivir armoniosamente, para vivir con propósito, para disfrutarla. Necesitamos de la fe porque por quien creemos, estamos aquí; a nuestra fe debemos añadirle dominio propio, control propio y para ser efectivo debe tener también perseverancia. Muchas veces nos dirán que no podemos hacer algo bueno o que no somos buenos en algo, pero Dios nos dice que sí podemos, que sí somos capaces, valiosos e importantes, por eso debemos obedecerle. Hablamos mucho pero no estamos dispuestos a amar y para amar a Dios y a nuestro prójimo, necesitamos de los anteriores ingredientes.

Que nuestras palabras sean agradables a Dios, que den gusto a la vida, que edifiquen, que bendigan, que construyan sólidas relaciones interpersonales. Nuestro trato con la otra persona debe ser agradable y esa es la “sal” que debemos ponerle. Por eso Col. 4:6 dice: “Que su conversación sea siempre amena y de buen gusto. Así sabrán cómo responder a cada uno”. Y ese fue el compromiso de todos los estudiantes al final de cada culto.

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