Reflexión por el Día de las Américas
La Ceremonia Cívica de esta semana, tuvo como fecha cívica, el Día de las Américas, una tiempo de reflexión que tiene lugar en todas las Repúblicas Americanas para dar a conocer su soberanía, así como su decisión soberana de formar parte de una comunidad continental y que tiene como fin alcanzar la unión, la paz y la libertad entre los pueblos del Continente Americano. Se celebra cada 14 de abril.
Este importante día, tuvo su primera celebración en el año 1931, donde fue decretado el 14 de abril como la fecha de la creación de las Repúblicas Americanas. La cual dio lugar a lo que hoy se conoce como la Unión de los Estados Americanos, que se fundó en el año 1948.
En 1948, en Colombia, se llevó a cabo el encuentro entre veintiún países y donde se establecieron acuerdos dirigidos a afianzar la paz y la seguridad del Continente Americano, así como trabajar para consolidar la democracia de los pueblos y la no intervención en los asuntos internos de cada nación.
No olvidemos a todos los habitantes de esta parte del mundo que perdieron sus riquezas y que fueron víctimas de saqueos, violaciones de sus derechos y lo más importante, la pérdida de su verdadera identidad.
Por eso, tratar de rescatar la historia y cultura de estos pueblos originarios, es una responsabilidad de los gobiernos actuales, pero siempre desde el respeto y evitando repetir los mismos errores, por los cuales se ha sufrido mucho.
Compartimos pequeños extractos del discurso por el Día de las Américas que pronunció María Eva Duarte de Perón el 14 de abril de 1947.
“…En la vida universal, América simboliza el continente de la esperanza. Para los hombres y para los pueblos de empresa, esa esperanza representa la libertad suprema y la felicidad entre los hombres. Por eso América es el continente de la justicia y de la paz…
…En su inmensa extensión, América es, en el juego de la naturaleza, una enseña viva de la libertad humana. Puede exhibir con orgullo el ejemplo de sus generaciones y ofrecer la dignidad de su historia…
…Trabajemos por una paz que reafirme la fe en los derechos fundamentales de los seres humanos, que desarme los espíritus de odios y prevenciones sin discriminaciones de raza, sexo, idioma o religión. Trabajemos por la conquista de un futuro mejor basado en el amor y no en el odio, en que se anhele construir y no destruir y que por sobre todas las cosas, restituya a los hombres, mujeres y a los pueblos, el derecho inalienable de libertades y soberanías…”